La fecundación in vitro es la técnica más utilizada en Medicina Reproductiva. Este tratamiento se realiza en el laboratorio de embriología, un proceso biológico que une los gametos masculinos y femeninos para generar el embrión, la primera célula de vida.
La fecundación del óvulo puede realizarse de forma convencional, dejando que el óvulo y el espermatozoide se unan de forma espontánea; o fecundando el óvulo mediante inyección espermática (ICSI), inyectando un solo espermatozoide en cada óvulo si la calidad seminal es reducida.
El proceso se inicia con la administración individualizada de hormonas para estimular los ovarios y desarrollar múltiples folículos siguiendo controles ecográficos. Cuando los ovarios presentan folículos maduros se extraen con una sencilla punción folicular. Este procedimiento se realiza con sedación para evitar molestias y tiene una duración de entre 15 y 30 minutos, controlando la recogida a través de ecografía.
En el laboratorio de embriología a través del microscopio se identifican los ovocitos obtenidos. El laboratorio de andrología prepara la muestra seminal, bien de la pareja o de donante para realizar la capacitación espermática, seleccionando los espermatozoides de mayor potencial fertilización.
Una vez se dispone de los óvulos y de los espermatozoides se realiza la unión de ambos. A las 18 horas aproximadamente se conoce cuántos presentan signos de fertilización.
El cultivo de los embriones resultantes puede desarrollarse durante 3 o 5 días, dependiendo del número que tengamos, y se seleccionan los de mayor potencial de implantación para transferir al útero materno donde han de continuar su desarrollo hasta el parto. El éxito del proceso atiende entre otros factores a la edad de la madre y la calidad de los embriones.