No conseguimos el embarazo, ¿qué debemos hacer?

No conseguimos el embarazo, ¿qué debemos hacer?

Las posibilidades de embarazo natural en los seres humanos oscilan cada mes entre el 15 y el 20% si los todos órganos reproductores y el proceso fisiológico funcionan de forma adecuada: ovarios, ovocitos y espermatozoides, ovulación, trompas de Falopio, útero, cuello uterino, cuerpo del útero, cavidad uterina, vagina, endometrio, hormonas encargadas del crecimiento folicular o la implantación del embrión. Sin embargo, en ocasiones las parejas presentan problemas de fertilidad al fallar alguno de estos procesos, impidiendo que se produzca el embarazo natural.
En este post os vamos a plantear los más comunes.

  • Embarazo ectópico. Se produce cuando un óvulo fecundado se desarrolla fuera del útero. En condiciones normales, cuando se produce la fecundación del óvulo, éste viaja a través de las trompas de Falopio hasta el útero, donde se implanta en las paredes del endometrio, el tejido que recubre el interior del útero.  En un embarazo ectópico, el óvulo se adhiere a las trompas de Falopio (en ese caso se llama también embarazo tubárico), o a otras partes del cuerpo como ovarios, abdomen o cuello uterino.
  • Alteraciones en las trompas de Falopio. Una de las condiciones de las que depende que se produzca un embarazo es que la mujer disponga de las trompas de Falopio en buenas condiciones, de manera que permitan la unión del óvulo y el espermatozoide. Los problemas derivados de las trompas de Falopio son consecuencia de trastornos que las bloquean o las dañan como pueden ser las infecciones pélvicas o la perforación del apéndice.
  • Alteraciones en la función ovárica. El factor ovárico incluye todos aquellos casos en los que la infertilidad de la mujer es provocada por alteraciones en el ciclo ovulatorio, y que pueden llegar a producir anovulación (ausencia de ovulación), o alteraciones en la calidad o cantidad de los ovocitos. Suele estar relacionado con fallos hormonales que, ya sea por defecto o por exceso de alguna de las hormonas que regula la función reproductiva, ocasionan trastornos como la anovulación, la insuficiencia ovárica o la menopausia precoz.
  • Calidad espermática. Cuando no hay una buena calidad espermática, es decir, no hay una buena concentración y morfología para que el espermatozoide pueda subir desde la vagina hasta la trompa para fecundar el ovocito, no se puede lograr el embarazo. La calidad del semen masculino lleva varias décadas cayendo en picado. El tabaco, el alcohol, los antidepresivos y el estrés son algunas de las causas habituales que afectan a la fertilidad masculina.
  • Alteraciones en la cavidad del útero. El útero es uno de los órganos reproductivos más importantes, ya que en él se gesta al bebé durante las 40 semanas de embarazo. Por ello, cualquier malformación uterina puede influir negativamente en la fertilidad femenina, ya sea provocando fallos de implantación o abortos de repetición. Aproximadamente el 5,5% de la población femenina padece alguna alteración uterina y por regla general éstas son congénitas, lo que significa que existen desde el nacimiento. En la mayoría de los casos, la mujer desconoce que tiene una malformación uterina hasta que intenta quedarse embarazada y no puede conseguirlo.

¿Por qué se pone el límite de un año para acudir a un especialista?

A medida que van pasando los meses sin lograr el embarazo es normal que surja cierto grado de preocupación o ansiedad. Es entonces cuando la pareja puede llegar a plantearse el acudir a consulta con un especialista en fertilidad buscando la causa del problema, pero, sobre todo, buscando soluciones para conseguirlo. La gran duda que les surge a las parejas que han iniciado la búsqueda del embarazo es cuándo acudir a un centro de reproducción asistida o si, por el contrario, pueden esperar unos meses más.

Los especialistas de la Unidad de Reproducción Montpellier indican que las parejas sin problemas de reproducción, con relaciones sexuales regulares y no protegidas, tienen un 85% de posibilidades de lograr un embarazo después de 12 meses de intentos. Por su parte, tan solo un tercio de estas gestaciones se producen en los tres primeros meses.

Sin embargo, una vez transcurrido el primer año, la probabilidad de quedar embarazada de forma espontánea durante los siguientes doce meses se reduce a un 5%. Por este motivo, los expertos aconsejan que si tras un año de intentos no se logra la gestación, la pareja valore si tiene alguna limitación en su capacidad reproductiva. En el caso de que la mujer supere los 35 años, debe realizarse la consulta en el periodo de seis meses, ya que la edad es actualmente la causa más importante del aumento de la infertilidad y el tiempo corre en contra.